MADRINAS 2020

 
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Llegaba el segundo domingo de Octubre, la fecha en que en Guadramiro celebramos las Madrinas. Además este año caía en puente; con el lunes festivo, pero como todo en este 2020, plenamente condicionado por la pandemia mundial del Coronavirus.

Una fiesta venida a más en los últimos años, después de otros tantos en decadencia; tras haber sido una de las fiestas principales del pueblo. Con el impulso de la paellada popular desde 2014 y la fiesta del tamboril desde hace 2-3 años, entre otras actividades, las cuales siempre giran en torno a la Virgen del Rosario, que sigue demandando nuevas mayordomas que prosigan la tradición.

Este año, como todo, fue diferente, siempre por precaución. Desde el Ayuntamiento se determinó suspender prácticamente todas las actividades.

Simplemente se decidió hacer una paellada (para recoger y comerla en casa), para recordar y mantener la esencia; pero de forma muy distinta a como venía celebrándose cada año:

- Sin mucha promoción, evitando incitar al desplazamiento de gente desde otros lugares, por propia prevención, eludiendo riesgo de contagio por aglomeraciones y mezcla de personal no residente en nuestra población.

- Contratando a una empresa especializada, que del mismo modo evitara reuniones para su preparación, así como agilizara el proceso de elaboración y reparto.

- Repartiendo  “vales” a empadronados y residentes. A todas las casas en las que vive gente o estaban abiertas. Sin ningún tipo de discriminación, siempre con la puerta abierta a todos los interesados.

- Obligando al uso de mascarilla y distancia de seguridad para su recogida.

Y así fue; con medidas de seguridad y la buena colaboración de nuestros vecinos se hizo el reparto de 200 raciones de paella y natillas para el postre.

Nos habría gustado que hubiera sido como todos los años, todos juntos reunidos, charlando, cantando, compartiendo… pero no era posible. Creo que es fácil de entender.

Desde la iglesia también hubo homenaje a este día especial, pero lejos de lo que venía siendo habitual. No hubo procesión, ni rosca… simplemente una misa-rosario dentro de la iglesia, con todas las medidas aforo y de prevención, acompañada de los sones de la gaita y el tamboril de Albert y Diego y presidida, en el altar, por la imagen de la Virgen perfectamente engalanada, por las mujeres del Coro y más voluntarias, que siempre con su buena disposición y atención ayudan a tener nuestro bonito templo en orden.

Y así se pasaron las Madrinas 2020. Con pena y nada de gloria, más en el recuerdo que otra cosa, y con un claro pensamiento positivo: que las próximas si las podamos celebrar con total normalidad, o mejor si cabe, festejando que todo esto haya pasado.

Hasta el año que viene

ASOCIACIÓN CULTURAL LA ANTANICA

 

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