EDAD MEDIA Y EDAD MODERNA

 
 

En la Edad Media se sientan las bases para que Guadramiro se convierta en el principal núcleo de población de La Ramajería, siendo una de las cabeceras del Reino de León en su reconquista hacia el sur a través de Las Arribes. De hecho, Guadramiro será uno de los primeros núcleos del oeste salmantino en ser reconquistado tras la llegada del rey Ramiro II de León a nuestro pueblo en el año 939, y del cual tomará el nombre Guadramiro, siendo éste una estructura nominal del astur-leonés del siglo X formado por las palabras Guad- (de Wadi-, río en árabe) y -Ramiro (en honor al rey Ramiro II).

Por otra parte, como en la amplia mayoría del León medieval, en Guadramiro habrá una importante presencia mozárabe, lo cual se puede observar en los topónimos que el idioma leonés tomó de la influencia mozárabe iniciados por "val-" (lo que sería "valle" en español), tan frecuentes en nuestro pueblo y alrededores. Sea como fuere pese a la reconquista y repoblación realizada por Ramiro II en el siglo X, las principales repoblaciones que surtirán de mayor número de habitantes a Guadramiro serán las realizadas por los reyes leoneses Alfonso VI y Fernando II a los largo del siglo XII.

Precisamente bajo el reinado de Fernando II, en 1167, aparece la primera mención que se conoce de Guadramiro en un documento escrito. Se refiere a los hechos acontecidos cuando nuestro pueblo pasó a formar parte del obispado de Zamora tras entrar los soldados reales en la Catedral de Zamora persiguiendo a un malhechor, lo que violaba el derecho a la autonomía eclesiástica, por lo que el rey donó al obispo zamorano las villas de Guadramiro y Monleras. Dos años más tarde, en 1169, Guadramiro aparecerá en otro documento de Fernando II de León en que es citado delimitando el territorio de la aldea de Vitigudino al ser donada esta última a la Catedral de Salamanca por dicho rey y su esposa doña Urraca.

En cuanto a la adscripción territorial Guadramiro durante la Edad Media perteneció al Concejo de Ledesma, rigiéndose por el Fuero que Alfonso VI de León otorgó a la villa bletisense en el año 1100, el cual fue actualizado en 1161 por el nuevo fuero que Fernando II de León otorgó a Ledesma. Precisamente por dicha villa será representado Guadramiro en las primeras cortes del mundo en que habrá representación del pueblo: las Cortes del Reino de León de 1188, las cuales están consideradas a nivel mundial como la cuna del Parlamentarismo.

Como se ha dicho, en la Edad Media Guadramiro será uno de los principales focos de población del norte de la actual provincia de Salamanca, y debido a ello nuestro pueblo será la capital del "Señorío de Guadramiro" que poseerán los Maldonado-Ormaza y al que pertenecerán otros núcleos de población como Picones o Gema. Los Señores de Guadramiro serán más conocidos en la zona como "Marqueses de Castellanos", al poseer también dicho título de mayor rango nobiliario originario de Castellanos de la Cañada (Ávila). Sea como fuere y si bien conocidos y tratados como marqueses ejercían su poder en nuestro pueblo como "Señores de Guadramiro", señorío que quedaba encuadrado bajo el Condado de Ledesma.

Los pueblos importantes ya se resaltaban en negrita en los mapas de aquella época: como en este caso de Ledesma,Vilvestre, Saucelle, Hinojosa, Bermellar, Guadramiro y Vitigudino

En la transición de la Edad Media a la Edad Moderna varios guadramirenses escribirán algunas de las páginas más importantes de la historia del municipio. Así, en 1471 Fray Esteban de Guadramiro adquirirá fama al lograr que saliese impune de su acto una mujer que disfrazada de hombre pretendía ingresar como monje en el convento de San Antonio de la Puebla, en Galicia, donde se encontraba Fray Esteban de Guadramiro, que tuvo que mediar ante el Tribunal Provincial Franciscano de Santiago, logrando que no se castigase a la mujer y posibilitando las gestiones para el ingreso de ésta en el convento de Santa Clara de Pontevedra.

Por otro lado, en 1568 el caballero guadramirense Fernando de Ormaza ingresará en la Orden de San Juan de Jerusalén, orden con unas difíciles pruebas de acceso en las que había que demostrar una gran valía como hombre de armas para ingresar en ella.

Por su parte, Fray Antonio de Guadramiro se convirtió en 1579 en el primer hombre en dar una misa en la ahora argentina Tierra del Fuego.

Por otro lado, en 1489 Guadramiro se convirtió en el lugar de acogida de quien fuera canónigo de Palencia Gutierre de Pedrosa, que había sido acusado en aquella ciudad de varios delitos de los que finalmente fue indultado, iniciando una nueva vida en nuestro pueblo una vez había recibido el amparo del corregidor de Ledesma para poder instalarse en Guadramiro, donde se libraría de las malas lenguas y de unas acusaciones infundadas.

En cuanto a la emigración a América en dichos años Guadramiro no se mantuvo al margen de esta corriente (la cual proporcionalmente tuvo su mayor impacto en las regiones de León, Extremadura y Andalucía, siendo la actual provincia de Salamanca la tercera en el siglo XVI en aportar más emigrados a América tras Sevilla y Badajoz). Así, algunos guadramirenses que decidieron zarpar a Nuevo Mundo fueron Sancho de Lugones (en 1534), Juana Díez (en 1567), Pedro de la Peña (en 1569) o Pedro Maldonado de Ormaza (en 1594).

Por otra parte, uno de los hechos que tuvieron una importante influencia en Guadramiro en el siglo XVI fue el refugio que los moriscos buscaron en el pueblo, siendo el pueblo del noroeste charro que más sufrió por la expulsión de los mismos y es que, pese a ser escasos en número resultaron muy importantes para la economía guadramirense, por lo que su marcha supuso un importante golpe para nuestro pueblo así como para la economía de la zona (en total fueron expulsados 15.000 moriscos del Reino de León que se había convertido en el principal refugio de éstos en España y que si bien numéricamente eran muy inferiores a los 100.000 judíos expulsados en 1492 en este territorio su presencia económica era tanto o más importante que la de aquellos, siendo Guadramiro uno de los focos de refugio de moriscos en Las Arribes junto a Lumbrales y Aldeadávila, cuya mera presencia en un pueblo daba fe de la pujanza económica del mismo).

Por otro lado, durante todo el Renacimiento tendrá una importancia grandísima el linaje de los Maldonado-Ormaza, Señores de Guadramiro que desde el siglo XV poseían un palacio en nuestro pueblo de una notable factura, siendo uno de los monumentos más emblemáticos del municipio y para cuya defensa se construyó de forma coetánea la Torre, siendo el palacio en su construcción similar a ésta en lo referente a las decoración en esquinas y cornisas con bolas.

Otra de las características importantes del Guadramiro de la época fue el gran número de hidalgos que tenía, poseyendo dos tercios de todos los que había en la Roda de Mieza, circunscripción ésta del Partido de Ledesma a la que Guadramiro pertenecía y de la que nuestro pueblo era el núcleo más poblado, poseyendo en torno a un tercio de los habitantes de la misma y ejerciendo como capital de facto de la misma aunque no de iure.

El Renacimiento será la época de mayor apogeo monumental para Guadramiro, erigiéndose la mayor parte de monumentos emblemáticos que han llegado a nuestros días, siendo construidos en dicho periodo la Torre, el Palacio, la Ermita de la Virgen del Árbol, el Hospital, la Iglesia de El Salvador o la Casa-Palacio del Moral, así como otros edificios religiosos y nobiliarios que no han llegado a la actualidad.