El Agosto

 

 

El agosto en mi pueblo, Guadramiro, no era solamente ese mes propio del verano llamado Agosto,  sino todo el verano ; o sea todo el tiempo en que se hacía la recolección de legumbres y cereales.

Puedo decir que “el agosto” empezaba ya en el mes de Junio, cuando empezábamos a acarrear las algarrobas, segar la cebada, la hierba y la avena. Inmediatamente después empezaba también la siega del centeno y después el trigo. Así empezaba “ el agosto” en mi pueblo y en casi todos los pueblos de España donde se cultivaban legumbres y cereales.

 

Los últimos días del mes de Mayo, se solía contratar el llamado ” cosechero”, que era un hombre ,o en algunos casos mujer, que trabajaba en todas las faenas de recolección en ciertas casas donde era necesario, bien por estar algún mozo cubriendo el servicio militar, o por no haber en casa suficientes “ brazos” para hacer la faena.

 

Además llegaban cuadrillas de segadores, la mayoría de la zona de las Arribes, donde se terminaba antes la siega . Estos aprovechaban las jornadas que podían por esta zona y luego se desplazaban a la zona de la Armuña (llamada la siega de arriba) que era todavía más tarde su época de recolección. Estas cuadrillas de segadores, a veces estaban compuestas por familias enteras. Todos trabajaban, todos tomaban la hoz , tanto hombres, mujeres como niños. Se quedaban a dormir  en el rastrojo, “al lado del tajo” , y cuando acababa la siega y se lavaban, y se cambiaban de ropa  parecían otras personas. Personas tostadas por el sol, rendidas por el duro trabajo, pero con la  conformidad de haber ganado un dinerillo necesario para cubrir necesidades durante el año.

 

 

El final de la siega era ya como una fiesta, pues de alguna manera, la siembra estaba  recogida , sin que hubiera sido dañada por alguna tormenta o granizada.

Después llegaban los días de la trilla , días de mucho trabajo también. A veces se permanecía en la era un mes entero, debido a que todavía no había esas potentes máquinas que hacen un trabajo fácil y rápido: las cosechadoras. Entonces se traía todo a las eras, formando una parva , luego se trillaba con las parejas de vacas o de caballerías, las cuales tenían que tirar del trillo y pasar por la parva, cruzándose constantemente todo el día , por lo que las yuntas delanteras las conducían los mayores y las traseras eran seguidas por los más pequeños ,llamados “ trillique ”.

Después el trabajo de recoger la parva, de aventar para separar el grano de la paja, y de cribar para que el grano quedara totalmente limpio.

 

Era un trabajo duro, los días se hacían  larguísimos, por lo que los hombres y las mujeres caían rendidos. Pero este trabajo producía también satisfacciones cuando se veía el granero o la panera repletos de trigo y cebada, al igual que cuando se había almacenado la paja en los pajares ;entonces ya todos respirábamos.

 

 Eran ya por entonces días de agosto, el trabajo aflojaba, los jóvenes ya podían salir por la tardes a dar una vuelta con sus amigos, ir a esperar a las chavalas y mozas camino de la fuente...

Así terminaba “ el agosto” , todo un tiempo de esfuerzo, de trabajo, pero también de satisfacciones. Ya estaba asegurado el pan de todo el año y algún dinero para cubrir otras necesidades. Ya se podía pensar en las fiestas, en la feria de agosto, volver al baile los domingos en el pueblo... y así olvidarnos de lo mucho que habíamos trabajado.

 

Así trasladamos a la mentalidad infantil del medio urbano , la vieja memoria de las gentes del campo y las vivencias de la infancia en el medio rural.

 

 

 

                                                                 ZACARÍAS HERRERO